La aplicación de la inteligencia artificial en logística ha propiciado un cambio radical en el sistema de trabajo en la cadena de suministro. Las empresas han pasado de un esquema reactivo, en el que las operaciones logísticas se adaptaban a los cambios, a otro proactivo, en el que se toman decisiones analizando el comportamiento mercado para adaptar recursos previniéndolos
por otra parte, cuando desafortunadamente el Covid- 19 aún ronda los pasillos, la implementación de una tecnología como la inteligencia artificial puede ser una gran alternativa para la continuidad. Según un informe del IBM (Institute for Business Value), las cadenas de suministro deben ser dinámicas, receptivas e interconectadas con el ecosistema y los procesos de una empresa para sobrevivir, esto requiere visibilidad de toda la cadena, información en tiempo real y acciones decisivas.
En definitiva, la IA se ha promocionado como un medio para mejorar la seguridad en el lugar de trabajo, una forma de aumentar la eficiencia e incluso de realizar trabajo sin necesidad de contacto físico o de estar presente en el lugar.
Un ejemplo de la inteligencia artificial aplicada en logística son los almacenes automatizados, en ellos se combinan dos sistemas fundamentales: la robótica aplicada a la bodega y el software de gestión. Unidos llevan a cabo operaciones de transporte y colocación de productos de manera autónoma.
Gracias a la inteligencia artificial y a la tecnología en general, el riesgo de errores en la cadena de suministro se reduce. La mayoría de las operaciones repetitivas quedan en manos de sistemas automáticos y la barrera del tiempo se hace más sencilla de superar, ahora con el uso de los Bots y BigData. El talento humano puede concentrarse más en la innovación, supervisión y toma de decisiones de manera que se aumente la productividad y redimiendo de la cadena de suministro