Hacer una logística perfecta es lograr excelencia en el producto, servicio al cliente, costo y precio, es decir un sistema en marcha desde el proveedor de materias primas hasta las manos del consumidor. La velocidad de retorno, la justificación de la inversión, la permanencia en el mercado, el desarrollo de la capacidad competitiva, el reconocimiento y fidelidad del público objetivo, el sentido de pertenencia y el compromiso de aporte permanente del funcionario, son objetivos corporativos que se logran con la aplicación inteligente y estratégica de una logística integral en la cadena de suministro.
La implementación exitosa de la integración de los procesos logísticos implica la gestión compleja de un conjunto de técnicas, iniciativas y metodologías que permitan focalizarse en el valor añadido y el core business de la empresa y de sus clientes; responder a las nuevas necesidades de servicio de los clientes. Aprovechar las potencialidades de integración que ofrecen las nuevas tecnologías en hardware y software, y adoptar la filosofía cara a minimizar el impacto ecológico global de la actividad logística son los pasos por seguir.
No es ninguna novedad afirmar que la logística es fundamental para agrupar todas las actividades que pertenecen al flujo productivo de un negocio. Sin embargo, la clave de este concepto reside en cómo se implementa, es decir, si de forma parcial, secuencial o integral. En términos de rendimiento empresarial, la diferencia puede ser esencial.
IMF Business School sugiere que, para crear una buena estrategia de logística integral, se tienen que definir las metas máximas a 5 años, evaluar los recursos internos y factores externos, analizar la competencia, pensar en posibles escenarios futuros y crear una estrategia y alternativas.